martes, 6 de agosto de 2013

Excelencia de los buenos chistes


Gran parte de nuestra actitud ante la vida y de nuestra capacidad para enfrentar los desafíos de la vida depende de la calidad de las relaciones que tenemos, especialmente nuestras relaciones más íntimas que cuando se ponen feas, la vida tiende a sentir sombrío. Debido a que la calidad de nuestras relaciones tiene un efecto poderoso sobre el equilibrio físico y mental, así como nuestro sentido de satisfacción en la vida, es importante que mantengamos nuestra relación gratificante y fresco.

Los datos sobre el divorcio proporcionan evidencia convincente de que no estamos teniendo éxito en absoluto. Casi la mitad de los matrimonios terminan en divorcio - acoplamientos convivencia son mucho más propensos a terminar mal - y de los matrimonios que perduran, muchos son menos felices.

La mayoría de la gente sabe el valor de unos buenos chistes y, no importa cuántas veces se han perdido en el amor, seguir esperando. Como resultado, los consejos sobre cómo hacer funcionar una relación llena de estantes y estantes de las librerías y horas de tiempo de conversación-show. Parte de ella es incluso bueno, el producto de una cuidadosa investigación sobre las parejas felices e infelices.



Pero de todos los elementos que contribuyen a la cálida atmósfera de unos buenos chistes y chistes de jaimito sarpados, hay una que rara vez se traduce en el asesoramiento o la terapia, sin embargo, es algo que todos desean y la mayoría de la gente le gustaría más: Risa.

Es una apuesta segura que la mayoría de las parejas casadas que consiguen risas provienen de las risas de televisión, y no de otra. Ellos no emanan de la relación. Más importante aún, no se alimentan. Y si los chistes que hacen las rondas por correo electrónico son cualquier calibre, a menudo son a costa de ella.

Pero buenos chistes de cosecha propia puede ser lo que las parejas en crisis necesitan. Primero y ante todo, una señal únicamente humana, buenos chistes es, sociales - que desaparece cuando no hay público, que puede ser tan pequeño como una persona - y une a las personas. Se sincroniza los cerebros de altavoz y el oyente para que sean emocionalmente sintonía.

Estas son las conclusiones de Robert Provine, Ph.D., un neurocientífico que encontró que los buenos chistes y la risa es demasiado frágil como para diseccionar en el laboratorio. En cambio, observó miles de incidentes de buenos chistes que ocurre espontáneamente en la vida cotidiana, e informa ingeniosamente los resultados en risa: una investigación científica (Penguin Books, 2001).

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